Probablemente, mientras hacías alguno de los senderos de la reserva, hayas visto a lo lejos uno de estos banderines de colores. Hoy te contamos de qué se tratan.
Desde el 2014 que el médico veterinario de la Universidad Andrés Bello y miembro de la ONG Ranita de Darwin, Andrés Valenzuela, se encuentra realizando su tesis doctoral en Medicina de la Conservación en la Reserva Huilo Huilo, en donde el área científica de Fundación Huilo Huilo realiza un proyecto de conservación in situ del Sapito de Darwin (Rhinoderma darwinii).
“Huilo Huilo tiene una de las poblaciones más abundantes de ranita de Darwin junto con Chiloé. Esta especie tiene una particular estrategia reproductiva, pues es el macho quien guarda los huevos en una saco vocal y de esta manera las crías están a salvo de los depredadores durante las primeras semanas de vida”, nos explicó Andrés.
Ahora te contaremos de qué se trata su investigación:
En un sector de la reserva en el que abundan las Ranitas de Darwin se delimitaron con cordeles varios cuadrantes que se registraron en un mapa. Luego, mapa en mano, Andrés y su equipo salen a buscar ranitas. Cada vez que encuentran una la meten en una bolsa y la identifican con un número y una letra. El mismo código está en el banderín que entierran en el suelo en el punto exacto donde encontraron al anfibio.
Todo este proceso se realiza bajo estrictas normas de bioseguridad que incluyen no tocar directamente a los individuos. Es por eso que las ranitas se manipulan en bolsas o con guantes.
De esa manera, al analizar los datos pueden identificar en el mapa dónde fue encontrada la ranita e ir midiendo cuánto se desplazan en el tiempo. ¿Sabías que no existe información sobre cuánto se desplaza una Ranita de Darwin en su territorio a lo largo de los años? Contar con esta información es muy importante para definir estrategias de conservación de una especie.
Luego, la ranita es medida, como vemos en la foto (no suele medir más de 3 centímetros).
Y pesada (no pesa más que 2 gramos).
Además, es fotografiada mostrando su abdomen para poder identificarla si la encuentran en otra ocasión, porque al igual que las cebras cada patrón de manchas blancas y negras que tiene la ranita es único: como una huella dactilar.
Por último, su piel es frotada suavemente con una varita de algodón para obtener una muestra.
Esta es una de las partes más importantes de la investigación, porque hoy muchos anfibios en el mundo están siendo amenazados por un hongo que habita en su piel. Este hongo les produce hiperqueratosis, es decir, un engrosamiento de la piel que no les permite intercambiar agua y electrolitos -como sodio y potasio-, entonces mueren por un desbalance osmótico, algo así como un paro cardíaco. En el caso de la Ranita de Darwin, actualmente está en un estado vulnerable de conservación y no se sabe si ello es producto del calentamiento global, la destrucción de su hábitat o porque está siendo afectada por este hongo.
Todo este proceso que describimos no dura más de 1 hora, pues la idea es intervenir y estresar lo menos posible a esta especie. Todas las ranitas son liberadas en el mismo punto donde se encontraron.
Así es que ya sabes, si ves estos banderines pon mucha atención porque puede que te encuentres con una Ranita de Darwin, pero por favor no la tomes, sólo obsérvala, pues en nuestras manos podemos tener microorganismos que la afecten o bien, las cremas o bloqueadores solares que utilizamos pueden alterar su Ph. De ti también depende cuidar la magia del bosque.