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Huilo Huilo
Por El Pulso.
Promover la eficiencia de recursos y el desarrollo de las comunidades aledañas son dos de los tópicos que llegaron a la industria con la idea de convertirse en indispensables a la hora de pensar en empresas turísticas, un tipo de compañía que hoy busca la armonía entre lo económico, social y medioambiental.
Este año, más de 4 millones de turistas habrán pasado por nuestro país. Sin embargo, cada vez son más los viajeros que consideran qué tan amigable es su hotel o actividades con el medioambiente o comunidades. Ante ello, la industria empieza a dar pasos importantes en materia de sustentabilidad para proteger los ecosistemas y hacer de este negocio uno sostenible en el tiempo.
De hecho, se estima que el 65% de los turistas de larga distancia considera la naturaleza como la razón más influyente para decidir venir a Chile. Quizá lo que se viene haciendo hace años en la Reserva Biológica Huilo Huilo (Región de Los Ríos) es uno de los grandes ejemplos de la armonía entre negocio y sustentabilidad, así como las simbólicas experiencias en Las Torres del Paine y San Pedro de Atacama. Pero este tendencia crece cada vez más.
Sello S
Durante el Gobierno de Sebastián Piñera surgieron las primeras conversaciones que buscaban darle un impulso a la industria turística en materia de sustentabilidad, que se concretó a través de la creación del Sello S, que garantiza al visitante que el servicio turístico cumple con criterios globales de sustentabilidad turística, en los ámbitos socio-cultural, medioambientales y económicos. Considera 57 criterios de evaluación y 3 niveles de distinción. Mientras más criterios se demuestren cumplir, se podrá alcanzar un nivel más alto, siendo el Nivel 3 el máximo.
Entre los criterios se encuentran: gestión de agua, conservación de biodiversidad, huella de carbono, oferta cultural, prosperidad local, calidad de empleo, equidad social y gestión de energía. “Como Gobierno estamos convencidos que es necesario aprovechar nuestro potencial turístico y trabajar para tener una mayor competitividad internacional. Queremos avanzar para que esta industria logre ser sustentable, alcanzando armonía con el medio ambiente, que siempre considere a las comunidades locales y en la que convivan grandes empresas con proyectos familiares o micro-emprendimientos”, dice Javiera Montes, subsecretaria de Turismo.
Uno de los que cuenta con este sello es Ckamur, un hotel boutique considerado como un hospedaje étnico que rescata la cultura prehispánica de Caldera en la Región de Atacama. Esta conservación tradicional parte en la construcción “en quincha” del recinto. Este método de edificación emplea ramas de brea revestidas con una mezcla de barro y paja. Además, todos sus materiales e utensilios fueron creados por artesanos de la zona que contempla greda diaguita, madera atacameña, telares colla, la totora y la brea de Totoral.
Viajes inteligentes
Las prácticas sustentables poseen un valor agregado para los turistas. Según datos gubernamentales, un 81% de ellos cree que en condiciones equivalentes favorecerían al operador turístico más responsable con el entorno; un 34% estaría dispuesto a pagar por quedarse en hoteles y destinos amigables con el medio ambiente; un 38% dice considerar criterios de sustentabilidad ambiental al momento de elegir los destinos turísticos y un 73% quisiera poder identificar destinos de vacaciones más verdes, todas consideraciones impensables en décadas recientes.
Buscando promover el desarrollo sustentable de los negocios turísticos nació Smartrip, una plataforma para viajar que le propuso a los hoteles de lujo de los principales destinos turísticos de Chile un trato especial. Ofrecen sus habitaciones a precios rebajados hasta en un 50% en temporada baja, dentro de sus líneas de acción de responsabilidad social y las ganancias se destinan en un 80% a fomentar los emprendimientos locales, vía financiamiento de programas y proyectos.
Juan Luis Crespo, quien se desempeñó como gerente general de Fedetur es uno de los fundadores de esta iniciativa. Cuenta que 92% de los pasajeros de hoteles de lujo prefiere hoteles más responsables a la hora de definir su itinerario. “Se ha avanzado bastante en los últimos cinco años. Había una necesidad por parte de la industria que se planteó y su acogida ha sido muy favorable”. Explica que a diferencia de lo ocurrido en Chile, hay naciones como Brasil donde la experiencia no ha sido tan positiva. “En nuestro país ya hay cerca de 70 empresas que se han certificado, mientras que en Brasil se hicieron políticas similares y una inversión importante, teniendo resultados muy bajos”.
Pero Smartrip también se transformó en el nombre de una fundación que desarrolla programas que potencian la sustentabilidad de los destinos turísticos. El foco está puesto en personas en situación de vulnerabilidad que se encuentren en las comunidades aledañas a los destinos con el objetivo de entregarles herramientas que permitan que la zona en su conjunto crezca.
Otro de los actores relevantes en el desarrollo del turismo sustentable son los operadores. En Europa, fueron estos los que empezaron a pedir a las empresas que cambaiaran su foco, porque así lo exigían los pasajeros. Y su poder no es menor, si se considera que intermediarios como TUI, de origen alemán, gestiona cada año el turismo de 20 millones de personas, cinco veces el volumen total de visitantes que llega a Chile.
Dejar la mirada verde y ver a este tipo de negocio como mandatorio es lo que propone Humberto Rivas, director de Ecoturismo de la Universidad Andrés Bello. “La sustentabilidad no puede entenderse como un atributo opcional, sino como una visión sumamente trascendental, donde el desarrollo equilibrado es un valor no sólo para el negocio, sino para la comunidad donde se emplaza”, dice.
La subsecretaria coincide con la visión del académico. “Adoptar y concretar los principios de sustentabilidad es vital, pues es un país cuyo desarrollo turístico está basado, en gran medida, en sus recursos naturales y culturales”.
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